En el universo del packaging creativo, algunos diseños logran algo más que proteger el producto: cuentan una historia, generan una emoción y, en este caso, provocan una sonrisa. Así son los envases de comida para perros que incorporan visores transparentes estratégicamente colocados para revelar el contenido del interior… y al mismo tiempo simular los dientes de cada raza canina.
La magia está en la combinación entre impresión y transparencia. En la parte superior del envase se imprime el rostro de un perro, y justo donde estaría su boca, un visor permite ver las croquetas en su interior. Pero no es un visor cualquiera: el diseño se ajusta al tipo de mordida o expresión típica de cada raza. Así, un bulldog se muestra con una mandíbula fuerte y apretada, un husky con una sonrisa amplia, o un chihuahua con sus colmillos pequeños pero marcados.
Más allá del impacto visual, el visor cumple una función práctica: permite al consumidor ver la textura, tamaño y calidad del alimento antes de comprarlo. Pero el verdadero gancho está en la experiencia visual. Cada envase parece tener vida propia, como si el perro estuviera realmente esperando ansioso que le des de comer.
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