En el packaging, las grandes compañías suelen ser un ejemplo de innovación. Coca Cola creó estos vasos para buscar la complicidad de sus consumidores que suponen un 100% de creatividad.
La sustracción parcial del vaso nos da una perfecta sensación de complicidad con el cliente “consumidor” de Coca Cola
En los últimos años, algunos restaurantes de comida rápida y marcas de gaseosas han apostado por una forma creativa y muy divertida de presentar sus bebidas: vasos impresos con narices, bocas y dientes caricaturescos. Lo genial de estos vasos es que, al beber, el diseño se alinea con el rostro del usuario, creando una ilusión óptica que arranca sonrisas a todos alrededor.
Desde narices enormes hasta sonrisas metálicas, colmillos de vampiro o bigotes elegantes, estos vasos se han convertido en un pequeño fenómeno visual. No solo cumplen su función práctica, sino que también invitan al juego, a tomarse selfies y a compartir el momento en redes sociales. Son un claro ejemplo de cómo un simple objeto cotidiano puede transformarse en una experiencia.
Más allá de lo estético, estos vasos funcionan como una estrategia de marketing inteligente: capturan la atención, generan interacción y, lo más importante, hacen que la gente hable de la marca con humor y simpatía. Porque a veces, una bebida bien fría sabe mucho mejor cuando viene acompañada de una buena carcajada. |
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